No he comentado que aquí la gente no suele ceder el asiento, y eso que hay muchos carteles, incluso un vagón entero de tren para gente con niños, gente mayor, en silla de ruedas, embarazadas. Ayer en este vagón tuvimos que ir de pie, alucinante. Hay otro vagón que es sólo para mujeres, y suele ir lleno.
Hoy Ed le ha cedido el asiento a un señor muy mayor. Le ha encantado Lucas, y se ha puesto a hablar conmigo en inglés. Me ha contado que era Samurai, que tenía 93 años, había estudiado en la universidad de Osaka, tenía 2 hijas. Le encantaba España, había estado varias veces, pensaba que los españoles éramos fuertes, y me ha dicho algo de la guerra que no he llegado a entender. Ed cree que puede ser un veterano, y luchó en la guerra. Se ha despedido, y nos ha recordado donde teníamos que bajarnos.
Arashiyama es muy turistico, y hoy domingo estaba a tope de gente. Antes de comer hemos recorrido el bosque de bambú, que es una pasada. A pesar de que había mucha gente, había un ambiente muy relajado y silencioso, la mayoría de los turistas son japoneses, y hemos encontrado chicas vestidas con trajes tradicionales.
Después de comer hemos subido la montaña para visitar el parque de los monos. Puedes ver los macacos japoneses en su habitad, ha estado genial, Luk ha disfrutado mucho viendo los monos, y con el parque que había al lado del mirador con un tobogán gigante.
Antes de volver a casa hemos visitado el barrio de Gion, y nos hemos cruzado con un grupo de Geishas reales. Por supuesto no les hemos hecho una foto, por respeto. Es difícil decir que edad tendrían, parecían muy jóvenes.
Una última anecdota por hoy: son muy ecológicos con el papel higienico, y lo hacen muy fino, nada de 2, 3, 4 capas, 1 sola capa fina, como el papel de calco.
Mañana vamos a Nara, y seguiremos con el diario.
Os queremos!
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