viernes, 9 de septiembre de 2016

Día 3: Koyasan


Dejamos Kyoto muy temprano, a las 8:30. Plena hora punta, la estación llena, la gente corriendo a la oficina, pero nadie se empuja, nadie choca. Todo muy ordenado, la gente espera en fila justo encima de las líneas señaladas en el suelo.

Nos movemos genial en transporte público, vamos con confianza, Ed lo tiene todo estudiado, y eso que tenemos que coger varios trenes, metros, cambios de estación, un tren cable que es como un tranvía que sube la montaña, y por fin un Bus. Koyasan está en lo alto de una montaña(casi 900 metros). Fue emplazado aqui para que los monjes budistas no tuvieran distracciones.

Recorremos la ciudad de Koyasan en busca de un sitio donde comer. No parece que haya mucho ambiente, la mayoría de los restaurantes tienen el escaparate con comida de plástico en la entrada, pero nada nos resulta apetecible. Llegamos al final de la calle, y decidimos mirar a ver que hay en la última esquina, y ahí encontramos un pequeño café, con menú del día. Los dueños son una pareja joven, ella francesa y él japonés. Es un  sitio agradable y pequeño. Comemos de lujo el plato del día, un plato degustación, mezcla de culturas: falso pollo(palabras textuales del dueño) al curry con arroz integral, una especie de pastel de cebolla, ensaladas diferentes y pan casero con pesto. Delicioso!

Luk piensa que los palillos para comer son de lo más práctico, pueden usarse para tocar la batería, y para pescar en el vaso de agua, pescar peces, por supuesto!! Ayer vimos unos peces enormes en el lago del templo, así que cualquier sitio es bueno para pescarlos.

Después de comer visitamos el Cementerio de Koyasan, Okunoin. Es un área sagrada de unos 2 km, donde está el mausoleum de Kodo Daishi. Hay unas 200.000 tumbas y pagodas dedicadas a personajes historicos, entre un frondoso bosque.

Koyasan fue fundada hace unos 12 siglos por un monje budista: Kodo Daishi como el centro de estudio y práctica de la religión Shingon Budista. La tradición dice que no murió, que está en el mausoleo en una meditación profunda, esperando a que vuelva Buda a la tierra, ya que será el único que entienda su idioma, por eso los creyentes quieren estar en este cementerio enterrados, para poder estar cerca de él. Actualmente los monjes cuidan del mausoleo, y del bienestar de Kodo Daishi, le preparan ofrendas de comida y bebida  2 veces al día para que pueda continuar con su meditación.

Es impresionante ver todas las tumbas y monumentos, algunas bastante nuevas y cuidadas, incluso con logotipos de empresas como Nissan o Panasonic, y una con forma de cohete.

Entramos al Templo/monasterio donde vamos a pasar la noche. Tenemos que descalzarnos y nos prestan unas zapatillas. Es un complejo de edificios, con pequeños jardines muy cuidados, y unidos por largos pasillos. Los baños son comunes, separados los hombres y las mujeres. Tiene termas de agua natural.

Tenemos un aseo en la habitación, y dormiremos en unos futones en el suelo. La habitación es grande y nos reciben con te. Nos ponemos las batas japonesas que nos han prestado para cenar. Hemos pedido un menu tradicional y nos lo traen a la habitación en bandejas que son como mesitas. Típica cena vegetaria. Lo probamos todo, Luk no está muy convencido, pero el arroz le encanta, y las verduras que reconoce también.

Ha caminado casi todo el cementerio con nosotros, asi que está cansado y se duerme en 5 min. Nosotros nos turnamos para ir a las termas, que relajación, que silencio. Hay pocos visitantes, pero me he cruzado con una pareja de camino a los baños, me miran raro cuando me
ven con la bata. Menos mal que sólo hay dos mujeres en las termas u onsen, porque soy un poco pudorosa. Hay dos onsen, una dentro y otra fuera. Me ha encantado la experiencia! Cuando vuelvo a mi habitación me encuentro con la pareja nuevamente, encantados también con sus batas, y haciéndose fotos. Todo el mundo respeta el ambiente de silencio, especialmente a esa hora que se está practicando el estudio y la escritura en una de las salas.

El desayuno también es tradicional, nosotros dispuestos a probar todo, aunque a esas horas no apetece sopa precisamente, los sabores son sorprendentes, y nos gusta más de lo que esperábamos. La cena y el desayuno son como un menú degustación de varios platos, todo acompañado de arroz, te verde y 2 tipos de sopas.


Continuará en el día 4...



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